Tras las enseñanzas de San Basilio y la Madre Santa Macrina conviven en comunidad, confraternizan el mutuo apoyo, el amor, la oración y el servicio consagrado. Sirven a los fieles de la Iglesia Oriental y en tanto de origen Bizantino, manifiestan esa prioridad en sus servicios pero abiertas a la dimensión misionera de la Iglesia Universal. Cada hermana, según sus talentos, tiene el privilegio de servir al Pueblo de Dios.
Esa asistencia abarca:
*) La educación en todos sus niveles.
*) La comunicación social. En particular la espiritualidad oriental y sus valores y formas.
*) La salud, con sus hogares de ancianos y hogares de niños.
*) La pastoral, en sus grupos de catequesis, de oración, de formación; y su acompañamiento como guías espirituales.
*) La asistencia social, en sus comedores y grupos de asistencia a los vulnerables.
*) Resumiendo todas las expresiones de misericordia en formas de la caridad espiritual y asistencia a la salud del cuerpo.