El Gran Canon de san Andrés de Creta

El ejemplo de oración penitencial más bello y completo es el Gran Canon de san Andrés de Creta.

Se trata de una escuela antigua, tanto de oración litúrgica comunitaria como de oración penitencial personal. Esta oración basa sus meditaciones penitenciales en textos de las Sagradas Escrituras, enseñanzas y exhortaciones morales y ascéticas; refleja un conmoverse profundo y una experiencia de arrepentimiento. El Canon tiene una melodía característica propia y se acompaña por gestos penitenciales – las postraciones (metanoias). De este modo, en la dinámica de la oración penitencial “se conecta” la persona íntegramente, con su intelecto, voluntad, sentimiento y cuerpo. El fruto de tal oración penitencial es la capacidad de recibir la bendición de la conversión, la purificación y la unión con Dios, esto es, la transfiguración interior de la persona que reza.

La oración penitencial consiste en el pedido de piedad del pecador, para que con la ayuda de la gracia del Espíritu Santo pueda alcanzar la semejanza divina y unirse con Dios. Las palabras del publicano son un ejemplo de oración penitencial: “El publicano, manteniéndose a distancia, no se animaba siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: «¡Dios mío, ten piedad de mí, que soy un pecador!” (Lc. 18, 13). La oración penitencial más frecuente es la invocación que realizamos cada vez que participamos de la Divina Liturgia: “Señor, ten piedad”.

Publicado en Espiritualidad.

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